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¿Te imaginas un mundo sin anuncios? Difícil, ¿verdad? Desde que el marketing masivo irrumpió en escena, las marcas han buscado conquistar a audiencias enormes con un solo mensaje. Pero ¿cómo pasamos de los comerciales de televisión que interrumpían tus series favoritas a anuncios que parecen leer tu mente? Hoy exploramos esta evolución, donde la tecnología y la creatividad se unen para redefinir cómo las marcas se conectan contigo.

¿Qué es el marketing masivo y por qué marcó una época?

Alguna vez te preguntaste ¿Cómo hacían las marcas en los años 50 para vender un producto a millones? La respuesta es el marketing masivo: una estrategia que, como un megáfono gigante, transmitía un único mensaje a todo el que estuviera dispuesto a escuchar… ¡o a ver!

Nació de la mano del consumo masivo, ese fenómeno post-Segunda Guerra Mundial donde las fábricas producían en cadena productos idénticos para las masas. Las marcas no se complicaban con segmentaciones: su mantra era «cuantos más, mejor». ¿El medio favorito? La televisión, pero también la radio, las vallas publicitarias y los periódicos.

¿Qué lo hizo tan exitoso?

Te contamos qué le dio su popularidad:

  • Simplicidad radical: un solo mensaje para todos. ¿Ejemplo? Los icónicos anuncios de Coca-Cola con familias felices bebiendo la misma botella, sin importar si vivían en Nueva York o en un pueblo de España.
  • Repetición obsesiva: ¿recuerdas el «I’m lovin’ it» de McDonald’s? Eso es brand awareness en estado puro: martillear un eslogan hasta que se te grababa en la memoria.
  • Cultura compartida: todos veían los mismos comerciales. El anuncio del Volkswagen Escarabajo en los 60 no solo vendía coches, ¡creaba conversaciones en cafeterías y oficinas!
  • Y ¿qué es branding en marketing? aquí había un secreto oscuro: el branding en marketing de esa época no era cool ni personalizado. Era como un profesor que grita la misma lección a toda la clase, esperando que alguien la aprenda. Funcionaba porque no había alternativas. ¿Querías ver un anuncio de crema dental? Pues tenías que aguantar el de detergente que venía después.

El legado del marketing masivo que aún perdura


Aunque hoy nos suene a prehistoria, el marketing masivo sentó las bases de la publicidad moderna. Marcas como Nike o Apple deben su éxito global a esa época: aprendieron a construir identidades poderosas (branding) que trascendían fronteras. Eso sí, con una diferencia: ahora usan datos, no solo intuición.

¿Fue imperfecto? Claro. ¿Despilfarrador? También (imagina pagar millones por un comercial que mitad de tu audiencia odiaba). Pero en un mundo sin TikTok ni Google, era la única forma de hacer que tu producto fuera el protagonista de la conversación global. Y vaya si lo logró.

La televisión: el megáfono de las marcas

En los 50, la TV se convirtió en el rey del marketing masivo. Programas como I Love Lucy o eventos como el Super Bowl reunían a millones frente a la pantalla. Los anunciantes no necesitaban datos demográficos: si eras humano y tenías ojos, eras su target.

Ventajas de la era TV:

  • Alcance instantáneo: un solo comercial durante Friends llegaba a 20 millones de hogares.
  • Cultura compartida: todos hablaban del último anuncio de Nike.

Desventajas:

  • Cero personalización: ¿un anuncio de pañales para un soltero sin hijos?
  • Retorno de inversión difuso: ¿Cuántas ventas generó ese spot? Misterio.

Digitalización: cuando el marketing aprendió a escuchar

¿Recuerdas esos anuncios de TV que te hablaban como si fueras un desconocido? El digital marketing llegó para decir: «Basta de monólogos, es hora de dialogar». Con internet, el marketing masivo dejó de ser un discurso enlatado y se convirtió en una charla de café, donde las marcas empezaron a escuchar antes de hablar.

Todo cambió cuando los datos se volvieron el nuevo oro de la publicidad. Plataformas como Google y Facebook no solo mostraban anuncios, sino que rastreaban comportamientos: ¿Qué buscabas? ¿Qué videos veías? ¿En qué links hacías clic? De repente, las marcas entendieron que no todos queríamos el mismo tipo de zapatillas o de café.

¿Cómo funcionó la magia del marketing masivo?

Gracias a los siguientes elementos:

  • Cookies y píxeles: esas migajas digitales que seguían tus pasos online para saber si preferías viajar a la playa o a la montaña.
  • Segmentación por intereses: ¿eras fanático del yoga o de los videojuegos? El digital marketing te mostraba anuncios que encajaban como un guante.
  • Medición en tiempo real: si un banner de Nike generaba 1.000 clics en una hora, la marca podía duplicar su inversión… ¡al instante!

Pero esto no fue solo tecnología. Fue un cambio de mentalidad: el branding en marketing dejó de ser un logo gigante para convertirse en una experiencia. Marcas como Spotify, por ejemplo, creaban playlists personalizadas con tu nombre, mezclando brand awareness con un toque de «te conozco mejor que tu ex».

Claro, no todo fue color de rosa. ¿El lado B? Los usuarios empezaron a sentir que Big Brother los vigilaba. ¿La solución? Las marcas aprendieron a ser discretas: ofrecían valor (descuentos, contenido útil) a cambio de datos. Así nació el consumo masivo inteligente: llegar a millones, pero hablando de tú a tú.

Publicidad programática: el cerebro detrás de los anuncios

¿Sabes cómo plataforma de streaming te recomienda series basándose en lo que miraste ayer? La publicidad programática hace lo mismo, pero con anuncios. Usando algoritmos, compra espacios publicitarios en milisegundos para mostrarte justo lo que necesitas.

Este es el marketing masivo del siglo XXI: conserva el alcance global, pero elimina el desperdicio. ¿Ejemplo? Si estás viendo una serie de ciencia ficción, verás anuncios de gadgets tecnológicos o nuevos lanzamientos de series del mismo género… ¡justo cuando más lo necesitas!

¿Por qué es un game-changer?

Conoce las razones a continuación:

  • Si un anuncio no funciona, el sistema lo cambia al instante.
  • Puedes segmentar a personas que compraron café orgánico la semana pasada.
  • El retorno de inversión se mide en clicks, no en suposiciones.

Aquí, el consumo masivo se mezcla con un toque de adivinación: es masivo, pero no impersonal.

Connected TV (CTV) en el marketing masivo: el mejor de ambos mundos

¿Te suena ver ViX y que un anuncio de cerveza artesanal aparezca solo a ti? El marketing masivo encontró en CTV su reinvención más audaz: la fusión entre la tele de siempre y el mundo digital. Plataformas de streaming usan datos para combinar el alcance masivo de la tele con la segmentación de Google.

Ejemplo:

  • Campañas de brand awareness que sienten tan personalizadas como un mensaje de tu mejor amigo.
  • Anuncios interactivos. En CTV, los espectadores solo hacen clic con el mando para obtener descuentos. ¡Sin levantarse del sofá! ¿Quién dijo que el marketing masivo no era íntimo?

¿El futuro del marketing masivo? Menos ruido, más conexión

La evolución del marketing masivo es como un teléfono móvil: empezó siendo un ladrillo para llamadas y ahora es una extensión de nuestras vidas. Hoy, las marcas ya no eligen entre llegar a millones o ser relevantes: con herramientas como la publicidad programática, pueden hacer ambas. El secreto está en equilibrar datos y creatividad, sin olvidar que detrás de cada pantalla hay personas.

¿Quieres que tu marca domine este nuevo escenario? En Mediam by Aleph (te ayudamos a mezclar el arte de la publicidad con la ciencia de los datos. ¿Preparado para que tu mensaje llegue masivamente, pero como nunca antes? ¡Hablemos!

Bibliografía:

  • Oracle. (2025) ¿Qué es el marketing. digital?  Oracle Customer Experience (CX)
  • Santos, D (2024, 21 de octubre) Marketing masivo: conoce sus características y aplicación (+ consejos). Hubspot.